Los científicos definen la agroecología como la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño y manejo de los sistemas alimentarios sostenibles, sin embargo, si nos tocase explicárselo a nuestros amigos en la típica charla entre el primer y segundo plato de una buena comida, podríamos hacerlo hablando de la agroecología como una alternativa al modelo alimentario actual, que pretende obtener los alimentos de una forma sostenible gracias al uso de diversos conocimientos de otra ciencia, la ecología.
Esta corriente surge por la necesidad social de un cambio en la alimentación. El planeta no puede soportar nuestros hábitos alimentarios –desde el excesivo consumo de carne hasta las malas prácticas de la agricultura– y la agroecología puede ser la solución.
A diferencia de otras corrientes alimentarias como la de los productos ecológicos, la agroecología no busca un etiquetado de sus productos sino un compromiso por parte de recolector y consumidor que asegure que la comida que se sirve en nuestras casas es fruto de una práctica sostenible.
Esta idea, junto a otras tantas como la de potenciar los comercios locales, o fomentar la compra de alimentos de proximidad pretender revolucionar el sistema alimentario actual, cuyas explotaciones y deshechos parecen no tener fin, en pro de una alimentación sostenible.
En cierto modo, lo que la agroecología pretende es maximizar en la medida de lo posible la producción agrícola, pero siempre respetando al medio ambiente. Para ello pueden llevarse a cabo diferentes medidas como las que proponemos a continuación. De esta forma podrás convertirte en practicante de la agroecología a pequeña escala.
- En primer lugar es importante preparar el lugar de cultivo. El área donde vayamos a realizar la actividad debe aprovechar al máximo los espacios (desde una terraza a una gran parcela pasando por un pequeño jardín) y rentabilizarse en medida de lo posible.
- El uso de abonos químicos y pesticidas se cambia por la elaboración y utilización de compost. De este modo, podemos potenciar nuestros cultivos de una forma respetuosa con el medio ambiente evitando, por ejemplo, la contaminación de las aguas por nitratos.
- La organización y seguimiento de los cultivos que realizamos es muy importante. Para ello se recomienda la utilización de tablas en las que se recojan datos como las fechas de siembra y plantación recomendadas de los principales cultivos hortícolas, el tiempo de semillero y distancia de plantación para los diferentes cultivo, o los síntomas y reconocimiento de plagas y enfermedades entre otros datos relevantes.
- En relación con el punto anterior, encontramos la importancia de respetar los tiempos y demandas de nuestros cultivos. Técnicas como la rotación, conocer si es necesario el aporte de diferentes nutrientes o simplemente saber qué época es mejor para cada cultivo potenciarán el desarrollo de los productos.
- Para finalizar, es importante destacar importancia del origen de las semillas y conocer las diferentes ventajas que nos reportan las semillas autóctonas frente a aquellas que han sido modificadas transgénicamente, puesto que a pesar de que pueda aumentar la producción, no lo hará con la calidad y ecologismo de los alimentos.
Por último, conceptos como los que repasamos a continuación es importante tenerlos en cuenta a la hora de querer aprovechar al máximo nuestro espacio dedicado a la agricultura y poder llevar a cabo una agroecología responsable y comprometida. Siembras y trasplantes efectivos que potencien el desarrollo de los brotes, la protección frente a la evaporación del suelo y a las hierbas adventicias, el control y prevención de plagas y enfermedades mediante productos admitidos en agricultura ecológica, protección frente a la fauna o el viento son algunos de estos conceptos que nos ayudarán con la agroecología. Alimentos responsables y con propiedades más naturales, una economía justa y de cercanía o incluso el bienestar personal, son sus beneficios.