Langostinos. Fotografía: RitaE en Pixabay.
Según la economista de Stanford, Rosamond Taylor, “la mayoría de las zonas de pesca están completamente explotadas, sobreexplotadas o recuperándose de la sobreexplotación”.
En 2007 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) cifraba en un 60% los caladeros o pesquerías que se encuentran sobreexplotados en todo el mundo y en un 10% los que estaban recuperándose. En 2009, la FAO cifró en un 80% la sobreexplotación de caladeros mundiales, mientras que la Comisión Europea alertó de que el 30% de las poblaciones de peces están por debajo de sus límites biológicos de seguridad. Una década después la situación no ha mejorado mucho o incluso ha empeorado.
Se asegura que solo quedan un 10% de los grandes peces depredadores que había antes de la pesca industrial. A ello se añade que un tercio de las capturas se tira de nuevo al mar por no ser comercial, y que un 25% de los arrecifes de coral han desaparecido.
Cada año se pescan unos 95 millones de toneladas, de los que el 60% se destina al consumo humano. El resto acaba también en la cadena alimentaria, en forma de harinas de pescado para engordar a las especies de piscifactoría, en piensos para otros animales y en abonos. La zona del mundo donde más se pesca es el noroeste del Pacífico, frente a las costas de Japón, Corea y China. La segunda zona en importancia es la del Pacífico Sureste (frente a Chile y Perú), donde la producción está entre los 12 y los 15 millones de toneladas en los últimos años.