Hoy, 28 de enero, es el día elegido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, o también llamado Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2. El objetivo de este día es sensibilizar y concienciar a los habitantes de nuestro planeta sobre el cambio climático y los impactos ambientales ocasionados por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
La emisión de estos gases, entre los que se encuentran el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos provoca lo que se denomina «calentamiento global» al no permitir que se “escape” el calor al espacio. Este fenómeno afecta la regulación de la temperatura en la tierra haciendo que el clima sufra bruscos cambios y variaciones, con consecuencias muy graves a nivel planetario.
Son muchas las fuentes de gases de efecto invernadero, unas más conocidas que otras, y entre ellas está el sector de la alimentación y la producción de alimentos.
Seguramente ya has oído hablar de de la gran autopista de alimentos que nos permite consumir cualquier alimento que haya sido producido en la otra punta del mundo como la fruta tropical. Estas largas cadenas de consumo tienen una gran huella de carbono al implicar varios medios de transporte para llegar a su destino.
Pero dentro de estas autopistas mundiales hay un gran desconocido: los piensos.
Las materias primas empleadas en la fabricación de piensos son fundamentalmente cereales (maíz, trigo,cebada), subproductos de maíz y trigo, leguminosas (guisantes, soja), oleaginosas (girasol, colza) y componentes adicionales (melazas, harinas de pescado y carne, entre otros). Además, dependiendo de las exigencias nutricionales y médicas del tipo de animal, los piensos pueden incluir vitaminas y medicamentos.
Un tercio de la producción mundial de cereales y un 80% de la soja, se destina a la producción de piensos para animales. Para que en zonas como Europa, de gran tradición ganadera, se pueda obtener carne barata se importan las materias primas de otros países, muchas veces a costa de su biodiversidad. Por ejemplo uno de los grandes exportadores de materias primas para piensos es Brasil, donde se produce deforestación en el Amazonas al sustituir el bosque tropical por grandes campos de soja. Esto también ocurre en otro de los grandes exportadores de materias primas, Argentina, donde en muchas zonas solo se pueden encontrar cultivos de soja.
Sí a estos impactos le sumanos las emisiones que genera el transporte hasta nuestro país, nos encontramos con piensos con una alta huella de carbono.
Pero hay esperanza, muchos ganaderos son conscientes de esta realidad y tienden a criar a su ganado en régimen extensivo por lo que parte de su alimentación se basa en lo que encuentran en la finca (pasto, bellotas, frutos…) y es completada con piensos ecológicos producidos con materias primas de origen nacional, muchas veces incluso se incluyen restos vegetales de agricultores locales.
Por ello este 28 de enero, Día Mundial de la Reducción de emisiones de CO2, te invitamos a apoyar a tus ganaderos extensivos locales y mejorar la huella de tu alimentación con un consumo de carne menor pero mejor.
Fotografía: Pienso ecológico utilizado en la ganadería y quesería ecológica Suerte Ampanera (Colmenar Viejo, Madrid), Carlota López.