Entramos en la cuarta semana de confinamiento y las actividades que podemos hacer en casa para entretenernos parecen ir reduciéndose poco a poco. Una gran fuente de actividad puede ser nuestra cocina. Nuestro día a día normal no nos permitía dedicar mucho tiempo a elaboraciones complicadas o con un mayor tiempo de elaboración, así que ¿por qué no aprovechar estos días para aprender nuevas técnicas?
Como se vio en las imágenes de los primeros días de estado de emergencia, hay dos cosas que no faltan en nuestras casas: papel higiénico y comida, mucha comida. ¿Qué podemos hacer para aumentar la vida de los alimentos que se acumulan en nuestros frigoríficos?
La primera respuesta que nos viene a la mente es el congelador, pero a menos que tengas una casa grande y tengas un congelador aparte, la capacidad para congelar de la mayoría de las casas no es muy grande.
Si pensamos un poco hasta hace no mucho –concretamente hasta los años 50– las casas españolas no tenían este gran invento y se debían utilizar técnicas de conservación que les permitieran aumentar la vida a los alimentos. Estos son algunos ejemplos:
- Conservas: esta técnica nos permite conservar alimentos como salsas, frutas o verduras durante un año. Es una buena manera de aprovechar los excedentes de frutas y verduras, y así poder consumirlas fuera de su temporada. Consiste en esterilizar muy bien tarros de cristal y rellenarlos con los alimentos que deseemos guardar, para luego cerrarlos herméticamente al pasarlos por agua hirviendo.
- Secado: consiste en eliminar todo el agua que pueda contener un alimento, es decir deshidratarlos. Se expone el alimento al aire libre, en un lugar fresco sin que el sol le de directamente. La carne seca, las ñoras o tomates secos son algunos ejemplos.
- Encurtir: consiste en colocar el alimento en vinagre, el cual reduce el pH y evita el crecimiento de microorganismos. Normalmente se utiliza para hortalizas o vegetales, como los pepinillos o las aceitunas, pero también es utilizado para conservar otros alimentos, véase el caso de los huevos duros.
- Escabechar: el proceso es similar al encurtido pero esta vez se añaden especias para dar sabor. Se dora un poco en una sartén con aceite de oliva, un poco de ajo, perejil, cebolla, laurel y tomillo. Se añade vino blanco, vinagre y sal, los cuales serán los encargados de conservar el alimento. Cuando empiece a hervir añadiremos el alimento que queramos.
- Marinar: se utiliza tanto para carnes como para pescados y consiste en sumergir a los alimentos en una mezcla hecha a base de aceite o vino, sal y hierbas aromáticas o especias.
- Baño en aceite: una vez cocinado el alimento se sumerge en aceite para conservarlo. Un ejemplo pueden ser filetes de carne que una vez pasados por la plancha se meten en un tarro lleno de aceite.
- Adición de azúcar: se suele aplicar a frutas y algunas hortalizas. Consiste en añadir elevadas cantidades de azúcar. Algunos ejemplos son las mermeladas, compotas o frutas en almíbar.
- Salazón: se cubre el alimento con sal, la cual absorbe la humedad del alimento y lo deshidrata, evitando así la proliferación de microorganismos. Este proceso dura aproximadamente una semana y era muy utilizado para conservar pescados y carnes. A la hora de consumirlo simplemente se sumerge el alimento en agua durante varias horas, cambiando el agua de vez en cuando.
- Curado: es un proceso similar al salado pero con la diferencia de que aparte de la sal (en menos cantidad), se utiliza el azúcar y sales de curación compuestas en su mayoría por sal con una pequeña parte de nitritos o nitratos de sodio o potasio que previenen el crecimiento de hongos y bacterias. Es utilizado principalmente para la conservación de carnes y la producción de embutidos.
Estas técnicas, ahora mismo en desuso, pueden ser una gran manera de evitar el desperdicio alimentario durante la cuarentena, además de que nos permite reducir nuestras salidas al supermercado y recuperar técnicas tan utilizadas por nuestras abuelas y abuelos.
Recordad que el desperdicio alimentario es uno de los grandes problemas ambientales actuales, ya que se tiran a la basura cada año 1.300 millones de toneladas de alimentos. Es importante intentar evitarlo en nuestros hogares ya que esto no solo supone un problema de residuos sino un gasto inútil de recursos como el agua o el suelo, y genera emisiones derivadas de su producción y transporte.
Ya sabéis esta semana coged vuestros alimentos frescos, llamad a vuestros mayores y juntos poned en práctica estas técnicas de conservación.
Carlota López Fernández
Buenos días, también sería interesante incluir, los alimentos empacados, estos son generadores de elementos no reutilizables en su mayoría. La población actual busca tener un mayor aprovechamiento del tiempo libre y esto genera cada vez menos interés en cuidar nuestro entorno ambiental. Por eso tal vez los procesos de conservación no son parte de las actividades del hogar. Sí desde nuestra infancia nos enseñaran la implicación de nuestros actos; no sólo por la sobrevivencia en el planeta, también la manifestación de sociedades sanas y felices. Por último me gustaría agregar., una vez un indígena de un territorio Colombiano me decía. Ustedes dicen cuidado del medio ambiente y, la otra mitad quién lo cuida.