Ante nosotros se plantea lo que parece una partida de Cluedo. A nuestra derecha se sienta nuestra prima (vegana), la cual mantiene una animada charla con su padre (intolerante a la lactosa), mientras al otro lado de la mesa están sentados nuestra tía (celíaca) y su novio (el cual odia las verduras). Tu abuelo (diabético) preside la mesa mientras manda callar a tus sobrinos (el más pequeño alérgico al huevo y el otro a los frutos secos).
Un misterio sobrevuela la sala: ¿quién cenará esta noche?
Seguramente esta situación será vivida por muchas familias estas fiestas, cada vez es mayor la población que sufre de intolerancias y alergias o que ha decidido comprometerse a llevar una dieta con restricciones, bien por razones políticas bien religiosas.
Esto se traduce en que a más de un cocinillas tenga deseos (más de los normales) de mandar a toda su familia a un lugar muy lejano y no volver a tocar un cazo en mucho tiempo.
Por ello, queridos cocinillas, os proponemos algunas ideas para preparar la cena de Navidad y no morir en el intento.
No hay nada mejor para abrir boca y entonar el cuerpo que unos buenos aperitivos. Nuestra propuesta son unas bolitas de arroz especiadas, que no nos llevarán mucho tiempo y podemos acompañar con salsas como por ejemplo una salsa de yogur o de tomate. Para hacerlas solo se necesitan 4 tazas de arroz largo cocido que se mezclará con un sofrito triturado hecho con ½ cebolla, 1 tomate sin la piel y un poco de curry (½ cucharadita). Se deja reposar la mezcla en la nevera y con ella se hacen bolitas que se fríen en aceite de girasol muy caliente hasta que estén doradas (unos 3 minutos). El arroz es un alimento muy versátil y se puede adaptar esta receta a nuestras especias preferidas o incluso probar a rellenar las bolitas con queso, verduras o carne.
Otra buena opción para abrir nuestra cena es el hummus. Este tradicional plato mediterráneo permite múltiples variables, lo que nos permite hacer muchas versiones diferentes a partir de la misma base. Aquí podéis ver 3 opciones de hummus.
Ahora viene lo más difícil de cualquier gran cena: los principales.
Si queremos agradar a todo el mundo sin complicarnos la vida la mejor opción son las legumbres. Un guiso tradicional murciano como la olla gitana o una minestrone (de verdura, carne o incluso de pescado), nos puede solucionar la cena de manera sencilla, sana, asequible, sabrosa y sostenible.
Otra buena opción es decantarse por un clásico adaptado a los nuevos tiempos como es el Buey Wellington. Tradicionalmente hecho con solomillo, podemos encontrar muchas versiones vegetarianas de este plato utilizando champiñones o remolacha, dos verduras que nos acercan a la textura y color de la carne. Además en casi todas las superficies podemos encontrar buenos hojaldres sin gluten.
Si no podemos contemplar una navidad sin carne, recuerda que el origen de tus productos importa. Se pueden encontrar muchos proveedores locales de cochinillos, lechazos y otros productos cárnicos típicos de estas fechas que han sido criados en explotaciones de ganadería extensiva, más respetuosa con el medio.
Lo mismo nos ocurre con los pescados y mariscos. Dependiendo de la zona y método de captura tendremos pescados o mariscos más o menos sostenibles. Estas son algunas de las mejores opciones que podemos encontrar en el mercado: buey de mar del Atlántico norte, mejillones gallegos, cigalas del Atlántico norte, berberechos, navajas u ostras gallegas. Si nuestra casa es más de pescados al horno que de asados, la solla, merluza de cola o el carbonero son buenas opciones sostenibles.
Para terminar con buen sabor de boca os proponemos un postre apto para todos como este Brownie de Juan Llorca o algo más tradicional como unas manzanas asadas.
Esperamos que con estas ideas tu cena navideña sea un poco más llevadera y disfruten tanto tus comensales como el planeta.
Felices fiestas cocinillas.