La jornada empezó con la intervención del vicedecano de Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias José Vicente de Lucio, donde expuso la necesidad de conseguir una alimentación segura para el planeta, lo cual solo se podrá alcanzar “a través de una transición alimentaria buena, justa y limpia”.
Durante la mesa redonda donde participaron Carmen Gallardo (REUS), David Alba Hidalgo (Transitando), Verónica Hernández (OCT) y , se trató el papel que juegan las universidades en la transición a una alimentación sostenible y el papel de la agroecología, no solo como una ciencia, sino como un movimiento social.
Tanto Carmen Gallardo como David Alba Hidalgo pusieron el foco de su intervención en las universidades. Estas instituciones deben convertirse en centros promotores de salud, por lo que hay que instar a las universidades a que en sus planes estratégicos incluyan este enfoque. Se destacó también el papel que juegan las cafeterías en este sentido, y que se deben ofrecer opciones saludables y sostenibles, además de alimentar la demanda de estos servicios para obtener una respuesta positiva.
En cuanto al papel de la agroecología. Verónica Hernández insistió en su importancia, no solo como ciencia, sino como movimiento social y de apoyo al conocimiento local. Tiene un componente participativo, que lleva a las personas a compartir ideas y proyectos para así darles el poder de elegir cómo quieren comer. Contar con el apoyo de las entidades locales es muy importante para que este componente participativo crezca y se desarrolle.
José Luis Cruz Maceín del IMIDRA presentó los resultados de su investigación sobre canales cortos de comercialización, en los que se pudo observar que existe la voluntad de los consumidores de utilizar este tipo de consumo. Problemas de logística –es más fácil ir al supermercado– y falta de un agricultor de confianza por el crecimiento de las ciudades de espaldas al campo, son las razones por las que los consumidores dispuestos a comprar por canales cortos no dan el paso.
De la mesa redonda se sacaron principalmente tres conclusiones:
- Facilitar el acceso a productores directos por parte de los consumidores, mediante espacios de intercambio comercial.
- Necesidad de que las personas a cargo de la toma de decisiones estén implicadas y sensibilizadas.
- Convertir las cafeterías de las universidades en espacios de acción. Como dijo David Alba “las cafeterías deben ser un lugar de disfrute no un simple servicio […] centralizando y organizando los menús se podría acceder a un producto local y sostenible”.
Tras la pausa saludable donde se degustaron productos agroecológicos de la Red Natura 2000, se llevó a cabo un taller que contó con la participación de Julia del Valle (MARES Alimenta), Abel Esteban (Garúa), Gisella Olivares (OCT) y la presentación, por parte de la Asociación AU-MEDUSA y el Grupo de Voluntariado Huertos Cisnerianos, del movimiento estudiantil en favor de una alimentación sostenible.
Durante la primera parte del taller los ponentes contaron su experiencia en la búsqueda de estrategias para transitar a comedores colectivos sostenibles. Algunas de las acciones que presentaron fueron la inclusión de ruedas de alimentos de temporada, organización de meriendas y desayunos saludables, creación de material como guías de alimentación saludable en la etapa escolar, trabajo conjunto con padres y trabajadores del centro, campañas como Alimentar el Cambio de Garúa –que busca cambiar la legislación de la Comunidad de Madrid para permitir que se produzca un cambio en los comedores de escuelas públicas–, o el proyecto piloto llevado a cabo por OCT en los comedores de la Universidad Politécnica de Madrid donde se introdujeron productos de cercanía pertenecientes a la Red Natura 2000.
Además durante la intervención de Julia del Valle del Proyecto MARES se anunció la creación de un centro logístico, llamado Madrid Km 0, que servirá como espacio de intercambio entre productores de Madrid y consumidores. Se espera su puesta en funcionamiento para mediados de febrero.
La última parte del taller consistió en, por medio de cinco preguntas, se fueran desarrollando ideas y reflexionando sobre los comedores colectivos sostenibles, los actores que los afectan, las oportunidades y obstáculos que ofrecen. Esto se hizo dividiendo a los asistentes en pequeños grupos de discusión que luego presentaron sus conclusiones al resto de los participantes de la jornada.
La jornada técnica terminó con un menú elaborado con productos de cercanía, el cual se invitó a compartir bajo el hashtag #compartetumenu, que forma parte de la campaña Alimentar el cambio iniciada por Garúa.