Fotografía: Kevin Grieve en Unsplash.
La sociedad está cambiando y eso se ve reflejado en los supermercados, donde abundan los productos publicitados como naturales o sostenibles. En las secciones dedicadas a este tipo de alimentos encontramos productos que utilizan frases en sus etiquetados o campañas publicitarias como “tradicional”, “natural”, “100% natural”, “fresco”, “del campo a su mesa”, etc. Estos términos pueden hacer creer al consumidor que está comprando productos más respetuosos con el medio ambiente y más saludables, y no siempre es así.
Para asegurarnos que lo que estamos comprando es realmente lo que dice ser, es importante como consumidores aprender a distinguir las etiquetas que certifican que ese producto es verdaderamente ecológico, bio, etc.
Los alimentos que llevan etiquetas de certificación son los llamados, alimentos de calidad diferenciada. Esto es así porque poseen una serie de características y cumplen ciertos requisitos –establecidos por entidades oficiales–, relativos a las materias primas, procedimientos de producción, transformación o comercialización utilizados. Es decir, para estos productos se establecen exigencias de calidad adicionales a las estándar y obligatorias para todos los alimentos.
Como consumidores, debemos tener en cuenta estas cuatro etiquetas europeas. Son las más importantes y extendidas por lo que son las que mejor nos van a ayudar a identificar los productos que son realmente lo que dicen ser:
- Denominación de Origen Protegida (DOP) y Indicación Geográfica Protegida (IGP). Ambas nos certifican que un producto es de una región determinada, se diferencia en que la DOP asegura también que todas las fases de su producción, transformación y elaboración se han llevado a cabo en esa región geográfica y la IGP solo exige que una de sus fases de producción se haya llevado a cabo allí.
- Especialidad tradicional garantizada: son los productos con rasgos específicos diferenciadores de otros alimentos de su misma categoría, y se producen a partir de materias primas tradicionales, o bien presentan una composición, modo de producción o transformación tradicional.
- Alimentos de certificación ecológica: se certifica que el producto respeta los ciclos vitales de los sistemas naturales. Existen dos etiquetas para este tipo de productos, a nivel europeo (Eurohoja) y a nivel autonómico.
Aparte de estas etiquetas europeas hay muchas más, tanto nacionales como internacionales, aquí algunos ejemplos:
- Km 0 Generalitat de Cataluña: certifica que un alimento ha sido producido cerca de la zona de consumo.
- Producción Integrada: certifica que el sistema agrícola de obtención de vegetales que utilizan y aseguran a largo plazo una agricultura sostenible.
- Producto ecológico Francia y Alemania: cada país tiene sus propias etiquetas para la certificación ecológica, aquí un par de ejemplos.